Aforismos y meditaciones de Navidad
por Sri Chinmoy
El Hijo
Jesús vino. El mundo oyó.
Jesús se fue. El mundo vio.
Jesús sonríe. El mundo llega a ser.
Jesús pidió. El mundo no dio.
El mundo pidió. Jesús dio. Además, Él llegó a ser.
El nacimiento humano de Jesús fue la Pregunta.
Su Divina Muerte no sólo fue una Respuesta, sino La Respuesta.
Dios fue más que exitoso al enviar a Su Hijo a la tierra.
La humanidad sufrió peor que la Derrota al no recibir al Hijo.
Jesús tenía. El mundo necesitaba.
El mundo tuvo. Jesús aceptó.
Jesús hizo. Él Se develó a Sí Mismo.
El mundo hizo. Él se veló a Sí Mismo.
Dios sonrió en los ojos de Jesús.
La humanidad lloró en los ojos de Jesús.
Jesús fue la creación humana de María. María fue Su creación espiritual.
Ella protegió la Planta. Él Árbol La abrigó.
Y Ella dentro de sí cobija a la entera creación de Su Padre.
La sensualidad no puede vivir en la Pureza. Pero la Pureza puede vivir en la sensualidad.
La Pureza de María toca no sólo el incesante fluir de la impureza humana, sino también su fuente: La Ignorancia.
El cuerpo de Jesús le mostró a la tierra cómo levantarse.
El alma de Jesús le mostró a los Cielos cómo descender.
Los errores garrafales de la tierra son enormes. La Compasión de Dios es mayor aun. Jesús lo sabía. Él oró por esta bendición: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.
¿Quién es nuestro amigo incomparable? Aquél que consciente o inconscientemente nos ayuda a cumplir con la Voluntad de Dios dentro y fuera. Jesús lo sabía. “Amigo”, dirigiéndose Él a Judas. El significado del beso de Judas conoció el Cielo, pero la tierra tiene que conocerlo todavía.
Sri Chinmoy, AUM – Vol. 1, Nº 2, Septiembre 27, 1965. Boro Park Printers – Brooklyn, N.Y. 1965